ANA MARIA «LA CAMPANERA»

BIOGRAFIA DE ANA MARÍA «LA CAMPANERA»

Ana María «La Campanera»:

Esta artista natural de Las Cabezas de San Juan (Sevilla), cuyo nombre completo es Ana María Catalán López, nace en el seno de una humilde familia numerosa. A la temprana edad de 3 años se traslada a vivir a Sevilla, pues su padre que era alfarero va a ser a partir de ese momento Guardia Municipal. Es en Sevilla donde pasa su infancia, siendo la mayor de 6 hermanos, primero en el barrio del Fontanal, y más tarde entre los de la Puerta Carmona y San Román.

Ya desde muy niña se destacaba por su voz, y tanto es así que cada vez que había un acontecimiento en el barrio como podía ser un casamiento, un bautizo, llamaban a la «niña del municipal» para que cantara.

Un buen día la lleva su padre a la casa de un tío de Juanita Reina porque había allí precisamente un bautizo, y tanto les gustó cuando la escucharon cantar, que Pura, que así se llamaba la mujer del tío de Juanita Reina, le dijo al padre de Ana María, mañana me traes a tu chiquilla que la voy a llevar a una academia que hay aquí cerca. Es de esta manera como conoce a la edad de 16 años a los maestros Rivas y Garbey, los cuales al quedar maravillados con sus cualidades artísticas y su magnífica voz, deciden prepararla de manera intensa para lanzarla al mundo de la canción.

Sólo dos meses de ensayo y dos partituras fueron suficiente para que debutara en la desaparecida Granja el Henar, situada en la calle Tetuán, junto al genial e inolvidable Antonio Machín. Es fácil comprender la situación difícil que se vivía en esos tiempos y la escasez de recursos económicos que sufrían la mayoría de los españoles, y en el caso de Ana María no iba a ser diferente, por eso hay que señalar que para el citado debút ella alquiló un traje en una quincalla de la calle San Esteban que aún existe hoy día y que se dedica a hacer capirotes y trajes de nazarenos. Ese alquiler la costaba cincos duros, los cuales por supuesto no tenía, y entonces tuvo que dejar en prenda una alianza de su madre. Sin embargo era tanta la ilusión y la alegría que tenía de poder ayudar a sus padres, que no le supuso ningún esfuerzo, e incluso lo alquiló de la misma manera en varias ocasiones. También con Antonio Machín, poco tiempo después, comienza a hacer retransmisiones radiofónicas en directo de la mano del célebre locutor de Radio Sevilla Rafael Santisteban, durante las cuales recorren todas las provincias andaluzas.

Ya en el mundo artístico de Sevilla y entre los representantes su nombre empieza a sonar, y con los primeros dineros ganados logra hacerse un pequeño vestuario, más bien modesto, el cual le sirve para poder actuar en diversos espectáculos, en los que va a interpretar canciones de los maestros Rivas y Garbey, Moradiello y Naranjo. Actúa en el espectáculo «España Canta» con el popular artista Pepe Pinto con el cual comparte cartel. También actúa con el famoso cantaor Pepe Marchena. El representante A. Pulpón la contrata para trabajar en el Teatro Falla de Cádiz, así como en otros teatros de Andalucía.

Saliendo de las fronteras de España es contratada por el Circo Corzana para hacer una gira por todo el Marruecos francés, donde va a recorrer durante 6 meses diferentes a lugares como Casablanca, Rabat y Marraquech, cosechando en todos ellos grandes éxitos. También llega hasta Portugal, donde va a actuar en la prestigiosa sala de fiestas Arcadia de Lisboa.

Una vez que vuelve a España, sigue llena de ilusiones y con ganas de seguir luchando, pues aún le queda mucho camino por recorrer. Siguiendo en este camino ascendente, se dirige ahora a Barcelona porque es llamada para trabajar allí, para lo cual se sube al famoso tren «catalán», conocido por todos los artistas de la época, que siempre recordarán sus áridos y duros asientos de madera, así como los dos días que tardaba en llegar. A pesar de las incomodidades del viaje, como ya dije antes quedaban por encima las ganas de seguir luchando. En Barcelona es contratada para actuar en el Teatro Nuevo y después de una temporada va a trabajar en la sala de fiestas Bolero, de las Ramblas de Cataluña, que era por cierto la mejor del momento.

Cabe destacar que, era habitual en el mundo de las folklóricas, en estos viajes iba siempre acompañada por su madre y su hermano pequeño de tan sólo 4 años, y para el alojamiento alquilaban las típicas casas particulares con derecho a cocina, pues todo el afán de su madre era ahorrar dinero para mandarlo al resto de la familia que habían dejado en Sevilla. Una vez que llega a Sevilla tiene la oportunidad de ser seleccionada por el propietario del Tronío de Buenos Aires, que había llegado a España con el objeto de contratar a una artista de entre las mejores del momento, para lo cual se hizo dicha selección en el Teatro San Fernando de Sevilla donde participaron numerosas artistas. A la firma de dicho «fabuloso» contrato, Ana María recibe un anticipo de 15.000 pesetas. Sin embargo, este contrato no llega a hacerse realidad, debido a que transcurrida la fecha prevista el dicho debút en Buenos Aires, recibe una comunicación de su representante donde le dice que puede disponer de dicha cantidad de dinero por incumplimiento de contrato por parte del dueño del Tronío.
A partir de este momento sigue sus pasos en Madrid, y allí al disponer de esas 15.000 pesetas que entonces era una cantidad muy considerable de dinero, pues hablamos de principios de los años 50, se dirige al modisto que vestía a las mejores artistas del momento, su nombre era Raula. Este le hace un magnífico vestuario, y es aquí en Madrid, donde, contratada por José Brageli, trabaja en la Compañía de Carmen Amaya en el Teatro Fuencarral. Es primera figura en el Circo Price, en el Teatro Gran Via y en Parrilla Recoletos, interpretando canciones de Maradiellos, Naranjo, Solano y otros. Sin embargo será el maestro Genaro Monreal quien apueste todo por ella, pues su voz llena de matices tanto para la copla como para el flamenco, unida a una gran personalidad y belleza, le llevan a presentarla a la casa discográfica Columbia, en la que graba sus mejores creaciones, especialmente escritas para ella, consagrándose definitivamente como una gran artista de la canción española. Destacan entre ellas «El Berebito», «Sevillanas del chiquitín», «Toros y toreros», y otros muchos temas más, y como no, el famoso pasodoble «Campanera», de la que es la autentica creadora y atribuido erróneamente en algunas ocasiones a otras artistas. Es precisamente «Campanera» la canción que más se va a oír y la que más popularidad le va a dar a Ana María. Durante cinco años actúa ininterrumpidamente en el madrileño parque jardín Villa Rosa de la Ciudad Lineal, donde cosecha grandes éxitos que le proporcionan un fabuloso contrato para ir a Venezuela. Allí es acogida como gran estrella y primera figura para realizar espectáculos en radio y televisión, inaugurando numerosas cadenas y emisoras, como es el caso de Radio Catatumbo, de la ciudad de Maracaibo, así como otras emisoras en la ciudad de Valencia. Va a actuar en innumerables espectáculos, todos ellos en las mejores salas de fiestas, tales como la famosa Pasapoga, Alí-Babá y Chateau Madrid de Caracas, donde sus creaciones fueron fuertemente ovacionadas, como es el caso de «Toros y toreros», «Rosa de consuelo», «Sevilla y Triana», «Las alegrías del mentiero» y un sin fin de canciones muy populares. También fue premiada por la Revista del Artista «Vida nocturna» con la medalla de Oro por los méritos alcanzados como artista destacada en el año 1958.

Transcurridos estos años de éxitos en América, regresa a España en plena juventud, y es en esos momentos cuando decide retirarse, ya que el panorama de la canción española estaba en una situación de declive. A partir de ese momento, opta por dedicarse a negocios de hostelería que le han permitido llevar una vida holgada y cómoda. Hoy vive feliz recordando sus canciones y su trayectoria artística.

Ana Pardá.