CONCHITA BAUTISTA

TEMPERAMENTO

– Rincón de Pepe Camacho –

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CONCHITA BAUTISTA

BIOGRAFÍA CONCHITA BAUTISTA

Conchita Bautista:

Con ese lunar en la frente que le da cierto aire oriental y misterios esos ojos negros y expresivos, el pelo que en armoniosa cascada le cae sobre los hombros; la nariz graciosa, y los labios encendidos, esta sevillana, nacida en Sevilla el 27 de octubre de 1936, y bautizada en la iglesia de Santa Ana, realizó su primera actuación en público a los siete años, en una caseta de la feria de Alicante, cobrando por aquella improvisada actuación la entonces elevada cifra de 25 pesetas.

En Sevilla pasó su juventud en la calle Pastor y Landero, asistiendo a las academias de Adelita Domingo y de Enrique el Cojo. Después formó parte del Grupo de Cante y Baile de Educación y Descanso, que estaba instalado en la calle de Rioja, y después en la de Trajano, dirigido por Braulio Ruiz Delegado de Cultura, impartiendo la enseñanza musical del maestro Carito. A los siete años llegaría a cantar su primera saeta. Estudió interpretación e intervino en el programa Galas Juveniles.

Tras su debut en el Teatro Álvarez Quintero y su triunfo en el programa radiofónico Conozca usted a sus vecinos, con los populares Rafael Santisteban y Pepe da Rosa, salió a los medios de la popularidad en la compañía del inolvidable Pepe Pinto, que en los años cincuenta recorría las tierras andaluzas, incorporándose, seguidamente, al espectáculo de Angelillo, con el que dio la vuelta a España.

Asentada en Madrid, buscando, como todas sus compañeras, la gloria artística y el triunfo, gracias a su belleza y juventud, alcanza la fama y la popularidad al intervenir en una serie de películas como Fuego en la sangre, La bella de Cádiz, La reina mora, en 1954, junto a Antoñita Moreno y Pepe Marchena: Tormento y varios cortometrajes en los que fue figura principal.

Su belleza —nardo y luna, como el título de aquel disco que le dio tanta fama—, había contribuido para que los productores cinematográficos se fijasen en ella, dándole el cine una fama que después le fue reconocida en el teatro, la radio y la televisión.

Conchita Bautista demostró plenamente, en sus comienzos, su pasión entrega, por la canción andaluza, por la canción folklórica, en todos los méritos artísticos, y en especial, en su densa discografía, donde se aprecia el canto de su voz, en aquellas canciones grabadas en el disco Nardo y luna con la orquesta dirigida por el maestro Gregorio Segura, destacando el p doble de Calvo Río, con música del maestro Tejero: Romance de Lora del Río, muy popular en los años sesenta, y que es una plegaria de tono religioso-amoroso, donde se cuenta la historia de Manuela Vargas, que ama y su entre suspiros, mientras le reza a la patrona de Lora del Río.

Pero donde Conchita triunfaba plenamente era interpretando los aires de su tierra; así lo especificaba cierto crítico de flamenco, cuando escribió: «Andaluza. y además sevillana, bonita y graciosa como un fino piropo, Conchita Bautista ha llevado el nombre de España a todos los rincones del mundo; pero cuando emociona Conchita Bautista es interpretando los cantes de su tierra», como los populares tientos La nieve le dio el color.

Le llueven los contratos y las solicitudes por parte del público, así como de diferentes empresas americanas, para que, de nuevo, actuase en Hispanoamérica, realizando una segunda gira. El éxito le acompaña una vez más, ahora de manera apoteósica, llevando esta ocasión su arte más depurado, ya que ella sabe decir e interpretar muy finamente la canción, llegando hasta los Estados Unidos, donde actuó por espacio de tres meses ininterrumpidamente, en los más importantes programas de televisión.

Ya comienza a grabar sus primeros discos en la prestigiosa casa Columbia, como el pasodoble Torero de Santa Olaya, de Muñoz Román y Quiroga; las bulerías A la rueda, mi cariño, de Ramón y Segovia, y los tientos de Ochaita, Valerio y Solano: Si me engañas, me muero, que también grabaría Paquita Rico, y los Tientos de punto y coma.

De nuevo, en la década de los sesenta, nuevas giras por Italia, Turquía y Grecia, consiguiendo más triunfos y laureles. Una canción, la zambra Dios te bendiga, de Perelló y Montorio, cimentaría aún más su fama, canción que estuvo además prohibida en el anterior régimen.

Conchita Bautista un torrente impetuoso de voz, ha interpretado con la misma soltura y elegancia lo mismo la canción andaluza que el repertorio más popular y conocido de Concha Piquer, de la que grabó un disco con casi todas, sus canciones: No te mires en río, No se va la paloma…, destacando, funda mentalmente, en La Ruiseñora, que como las anteriores, eran de Quintero León y Quiroga, y a la que prestó vida y sentimiento.

Pero de nuevo Conchita hace alarde de su cuna flamenca en el disco ¡Ole Flamenco!, interpretando estos números dentro del más depurado estilo.

En 1965 alcanzó su máxima popularidad representando a España dos veces en el Gran Festival de Eurovisión, con ¡Qué bueno, qué bueno!, de Figueroa.

Y aunque comenzó perteneciendo a la generación de las miarmas, rompió el cántaro de la esencia folklórica andaluza, lanzándose a un nuevo estilo dentro de la canción melódica moderna, alcanzando notables éxitos con una serie de canciones como Cabecita loca, de A. Guijarro y Augusto Algueró, que Carmen Sevilla interpretaría también con gran éxito.
Conchita se alejó del cine durante varios años, para dedicarse plenamente al mundo del espectáculo, reincorporándose en la coproducción hispano-italiana Esta chica es para mí, junto a Elsa Martinelli y Antonio Cifariello; La novia de Juan Lucero, en 1954, junto a Juanita Reina y el rejoneador Ángel Peralta; Feria en Sevilla, junto a Pedrito Rico, dirigida por Ana Mariscal y A mí las mujeres, ni fu ni fa, en 1970.

Nuestro agradecimiento a Daniel Pineda.

TEMPERAMENTO
«PORTAL DEL ARTE ANDALUZ»
(RINCÓN DE PEPE CAMACHO).

CONCHITA BAUTISTA